lunes, 16 de octubre de 2017

Conectando tu trabajo con la obra de Dios día 4

El trabajo como servicio


Los cristianos deberían ser conscientes de esta concepción revolucionaria del propósito de su trabajo en el mundo. No debemos elegir empleos y dirigir nuestro trabajo para autorrealizarnos y acumular poder, porque ser llamados por Dios a hacer algo nos da en sí poder. Debemos ver el trabajo como una manera de servir a Dios y a nuestro prójimo, y por eso deberíamos elegir y conducir nuestro trabajo de acuerdo a ese propósito. La pregunta que respecta a nuestra elección ya no debería ser: “¿Qué me hará ganar más dinero y me dará mejor estatus?”. Ahora la pregunta debe ser: “¿De qué modo, con las habilidades y oportunidades que tengo, puedo hacer el mayor servicio a los demás, sabiendo lo que sé acerca de la voluntad de Dios y la necesidad humana?”.

Este modo revolucionario de considerarlo le da a todo trabajo un propósito común y excelso: honrar a Dios amando a tu prójimo y sirviéndole por medio del trabajo.

Las aplicaciones de esta máxima —que el trabajo competente es una forma de amor— son muchas. Los que entiendan este concepto del trabajo aún seguirán deseando tener éxito, pero no se sentirán tan propensos a sobrecargarse de trabajo ni a desanimarse por los malos resultados. Si es cierto, entonces, si tienes que elegir entre un trabajo que beneficie a más personas y un trabajo donde te paguen más, deberías considerar seriamente el trabajo que paga menos y ayuda más, sobre todo si puedes ser bueno en ello. Significa que todos los trabajos —no solo las llamadas profesiones de asistencia— son en esencia modos de amar a nuestro prójimo. Los cristianos no tienen que dirigir un ministerio o una organización sin ánimo de lucro para amar a los demás a través de su trabajo.

Tu trabajo diario en última instancia es un acto de alabanza a Dios que te llamó y te capacitó para hacerlo... sin importar qué clase de trabajo sea.

1 Corintios 7:17 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

17 Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias.

Reina-Valera 1960 (RVR1960) Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.



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