El trabajo como cultivo
Solo
a los seres humanos se les ha dado la multiplicación como una tarea que
cumplir intencionadamente. Pero ¿por qué sería esto un trabajo? ¿No se
trata simplemente de un proceso natural? No exactamente. Que los seres
humanos “llenen la tierra” significa algo más que el que lo hagan las
plantas y los animales. Significa civilización, no solo procreación.
Captamos el sentido de que Dios no solo quiere más individuos de la
especie humana, también quiere que el mundo se llene de una sociedad
humana. Podría haber dicho las palabras y haber creado millones de
personas en miles de asentamientos humanos, pero no lo hizo. Hizo que
nuestro trabajo fuera desarrollar y construir esta sociedad.
“Gobernar”
el mundo como portadores de la imagen de Dios debería verse como una
mayordomía o un fideicomiso. Dios es propietario del mundo, pero lo ha
puesto bajo nuestro cuidado para cultivarlo. Definitivamente no es un
mandato de tratar el mundo y sus recursos como si fueran nuestros para
usarlos, explotarlos y desecharlos a nuestro antojo.
Así
que la palabra “someter” indica que, incluso en su forma original
anterior a la caída, Dios hizo el mundo para que necesitase trabajo. Lo
hizo de tal manera que incluso él tuvo que trabajar para que se hiciese
real lo que había diseñado, para hacer nacer toda su riqueza y
potencial. No es coincidencia que en Génesis 1, versículo 28, Dios nos
diga que le sigamos al hacer lo mismo que él hace: llenar y someter.
Génesis 1:28 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Génesis 2:8-9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.Génesis 2:15-22 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.
20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.
21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Reina-Valera 1960 (RVR1960) Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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