lunes, 6 de mayo de 2019

Las leyes del reino: la milla extra Día 5

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Ir más allá de lo establecido


La cultura especifica lo que se conoce como la norma aceptable, lo que la gente acepta, muchas de nuestras actividades, han sido limitadas por lo que la gente ha establecido. Pero Jesús nos enseñó a tener una vida más allá de lo establecido por la sociedad. Él vivió así, se atrevió a hacer lo que los judíos no hacían, entró a Samaria, un judío jamás lo haría. Jesús camino la milla extra y estando en Samaria, habló con una mujer, cosa que los judíos no hacían, camino otra milla. Esa mujer era samaritana, cosa que los judíos tampoco hacían, Él fue más allá, le pidió agua, un judío pidiéndole agua a un samaritano era algo que no sucedía en aquel tiempo. También le reveló que él era Cristo, Jesús fue más allá. 

Jesús sanó enfermos en el día de reposo, eso es ir más allá; comía con pecadores, eso es ir más allá; dejó que una mujer de mala reputación lavara sus pies; libró de la muerte a una mujer adúltera, sanó a un leproso, cuando a los leprosos no debería ni siquiera acercarse, él fue más allá; Jesús vivió en el principio de la milla extra, yendo más allá de lo que las normas de su momento, de su tiempo establecían.

Caminar lo que otros nunca han andado

Todos caminaban hasta donde la ley indicaba e iban contando los pasos que requería para caminar lo establecido, dejaban allí la carga y ese soldado jamás los volvía a ver, pues esa persona no quería volver a encontrárselo en su vida. Pero ahora, después de que contaban una milla, llegaban, y seguían caminando por lo doble de lo establecido. Esta persona estaba caminando algo que nunca antes se había andado. En el momento en que esa persona comienza a dar un paso después de lo establecido por la ley, en ese momento va caminado en la ruta de lo divino, de la dimensión de Dios, y pasa de lo natural a lo sobrenatural, comienza a romper patrones mentales y comienza a caminar en la vida del espíritu.

Hacer las cosas por amor a la gente y no por obligación 

Haces la milla normal por obligación, estás obligado a caminar una milla, haces la siguiente milla por amor. Imagínate qué pasa con ese soldado cuando te obliga a hacer un trabajo, él sabe que estás obligado a hacerlo, pero de repente le rompes los preceptos por que empiezas a caminar con él la segunda milla. En ese momento comienzas a operar en la dimensión del amor, la milla extra de amar al prójimo está ligado, porque cuando comienzas a caminar esa milla extra, empiezas a caminar en la dimensión del amor. Manifiestas dos leyes del reino, y así operan las leyes del reino. Cuando te mueves en la dimensión del reino hay varias leyes que se conjugan y que te llevan a caminar una vida diferente a la vida natural. No estás obligado a caminar la milla extra, pero solamente por el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones, puede hacer que hagamos cosas por la gente y por nuestro mundo, más allá de lo que se espera de nosotros. 
S.Juan 4:4-26
4Y le era necesario pasar por Samaria. 5Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.Gn. 33.19; Jos. 24.32. 6Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
7Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. 8Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. 9La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.Esd. 4.1-5; Neh. 4.1-2. 10Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? 12¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. 15La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.
16Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. 17Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; 18porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 19Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. 20Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. 21Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 25Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. 26Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.


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