domingo, 9 de abril de 2017

Dios convierte la fantasía en ORO - Testimonio


¡COMO SUPLE DIOS NUESTRAS NECESIDADES!

Lunes de milagros: de la aflicción a la bendición



 La tarde del Domingo 5 de Febrero de 2017, luego de mis quehaceres domésticos y de atender a mi papá de sus quebrantos de salud, me dispuse asistir al servicio de la iglesia Maranata en la cual me he venido congregando desde hace algún tiempo. Mi amigo Richard García me había invitado  el día anterior (sábado) para su iglesia El Poder del Evangelio, le dije que si iba,  pero al momento de salir de mi casa ese domingo no estaba segura a cual de las dos iglesias asistir, me pregunte ¿para cual voy?, de inmediato se me ocurre pedirle dirección al SEÑOR y me incliné y le dije: Señor dirige tu mis pasos al salir de mi casa y seas TU  quien decida a que iglesia voy. Tome el carro y salí, cuando iba en camino, aún indecisa, sentí de nuevo el bandoleo del caucho izquierdo de la parte trasera del vehículo, me preocupe nuevamente por ello y exclame ¡SEÑOR REGALAME UN CAUCHO!;  ya me aproximaba al sitio donde se reúne la iglesia  El Poder del  Evangelio y me estacioné al frente, miré desde el carro unos 3 minutos, aún dudosa, y me dije: no yo mejor me voy a mi Iglesia  Maranata, para entonces  ya eran las 6: 45 mtos.y los servicios comienzan a las 6:30 de la tarde, cuando llegué a Maranata  ésta ya había cerrado los portones de entrada y salida, entonces comprendí que era la señal,  que el señor quería que fuera a la Iglesia que me había invitado mi amigo Richard, me devolví y entre al servicio de la Iglesia El Poder del Evangelio, dirigida por el Pastor Luis Piñero.



                          El servicio fue maravilloso, impresionante para mi cuando al final de la predica el Pastor Luis Piñero dice: “ aquí hay  una persona que le esta  pidiendo al Señor UN CAUCHO, pase adelante que voy a orarle por que el Señor le dará más de uno”; me levante y otro hermano también lo hizo, pasamos adelante y ambos con las manos extendidas, tal como lo indico el pastor, nos oró, mientras nos oraba  manifestó que no sabía cómo pero iba haber una transferencia de dinero para que pudiéramos comprar los cauchos que necesitábamos, yo me lo creí, sentí en mi corazón  que a pesar de no tener dinero para ese entonces así sería.

                        

                          Cuando llegué a mi casa esa noche me conseguí a mi hijo menor de 13 años que ardía en fiebre, lo lleve al hospital,  el médico le receto y le mando a practicar unos exámenes de sangre y una placa de tórax por que sospechaba de una posible neumonía. 



                            Al día siguiente, Lunes 6 de febrero, me levante temprano como siempre para ir a mi trabajo, decidí llevar a mi hijo conmigo a Maracaibo (ciudad donde trabajo), para que lo vieran por la emergencia de una de las clínicas del Seguro y así le practicaran los exámenes que requería puesto que  no tenía dinero para realizárselos por mi cuenta;   al salir de mi casa esa mañana pase por un amigo para darle la cola y como me quedaban dos puestos libres en el carro llegue al Terminal de pasajeros de los Puertos de Altagracia en busca de los dos pasajeros (actividad que realizo a diario a fin de buscar otra entrada económica),  pues no tenía más que mil bsf. en mi cartera y necesitaba una entradita que aumentara el presupuesto de ese día.



                           Cuando íbamos en viaje uno de los cauchos traseros empezó a sonar, me detuve, era el otro caucho, no el que  bamboleaba, si no el del lado derecho, había largado parte de la banda de rodamiento, no aguantó más el peso de los pasajeros. ¡Bendito sea Dios¡ exclame. Estacioné y nos bajamos, mi amigo logró cortar la banda, para que no ocasionara más ruido, y seguimos el viaje con mucho cuidado.



                          Cuando retomamos el viaje,  mi amigo me dice: necesitas dos cauchos, de inmediato al oírlo sentí un temor que me invadió de momento,   pero de pronto se me vino a la mente el salmo 34 :10 y le conteste a mi amigo: bueno no tengo dinero para los cauchos pero La palabra de Dios dice que los que buscan al SEÑOR no carecerán de ningún bien.



                          





                             Realmente fue un lunes  que empezó con angustia y preocupación pero terminó con una gran  bendición,  ya les cuento por que:



                             En la clínica no me aceptaron al niño, tenía que pagar una diferencia de 27.000 bsf. para que pudiera  entrar por emergencia (como nueva política de la clínica ante el seguro).

                             Un antibiótico que le había recetado al niño el médico, la noche del domingo,  no lo pude comprar por que costaba 8000 bsf. y no los tenía, que yo recuerde nunca había estado tan carente de dinero.



                             En el transcurso de la mañana el Pastor Luis Piñero, me envió algunos mensajes de fortaleza y le conteste manifestándole mi angustia por que  tenía mi hijo enfermo, me dio palabra para orarlo con 2Reyes 2:21 y que lo ungiera con sal  y así lo hice al llegar a casa.



                            Pasé por el trabajo, deje la constancia de reposo por cuidados maternos que me había dado el médico la noche anterior  y me regresé a los Puertos.



                           Ya en los Puertos de Altagracia, me fui a la farmacia del hospital, al llegue y pregunté por el antibiótico, la trabajadora de la farmacia me dijo que no lo había, pero algo dentro de mi me dijo que me quedara, que si había, entonces me metí en la cola para comprar,   estaba de última cuando llegó al mostrador de la farmacia otro trabajador y se disponía a dar información a alguien que estaba esperando, decidí salirme de la cola y acercármele para  preguntarle  por el antibiótico y me dijo: ese no lo tengo pero si hay otro que también te sirve y ese lo regalamos si tienes récipe del hospital , para la gloría de Dios, busque el medio del hospital y me cambió la prescripción del medicamento por el que  si estaba en existencia en la farmacia y me lo regalaron.



                           Una ves en casa, luego de haber almorzado y de haber orado a mi hijo como me lo indico el Pastor Luis,  los dos nos quedamos dormidos, al despertar como a las 2: 45 p.m, me acerque a mi nana Maritza mi segunda madre y confidente, mi paño de lagrimas como dicen, le platique mi preocupación por lo de los cauchos del carro y la escasez de dinero que no teníamos ni para cenar  esa tarde y que tampoco podía salir a buscar pasajeros debido a las condiciones en que se encontraba el carro.



                           Mi mamá, una sra. de 83 años de edad, lleva consigo puesto desde hace algún tiempo  un añillo de oro que en una oportunidad yo le obsequié,  se me ocurre pedirle el anillo para venderlo, explicándole, por supuesto, las razones de emergencia que me llevaron a la idea, pero   ella rotundamente me dijo que no me podía dar la prenda por que eso era lo único de oro que ella tenía.



                            Tal negación creó en mi un desaliento y tristeza a tal punto que me sentí deprimida y nerviosa. Entonces me fui al cuarto, como a eso de las 3: 15 p.m., donde estaba aún mi hijo durmiendo, y al pie de la cama me incline para orar al Señor y le dije : Señor que voy hacer, ayúdame, que voy hacer, mira mi situación, sin cauchos buenos y sin dinero ni para comprar alimentos, entonces sentí una voz desde mis pensamiento que me dijo: VE A TUS ALAJAS, yo conteste: señor yo no tengo oro todo lo vendí, pero El me volvió a decir : VE A TUS ALAJAS, me pare y obedecí, abrí la gaveta donde tengo un cajita plástica  con mis prendas de fantasía  y revisé con un poco de nerviosismo,  saque un brazalete que papá me había obsequiado hacen algunos años pero cuando me lo dio me dijo : “Eso no es oro, eso es fantasía, también saque una cadenita y un botón de años de servicios laborales, envuelta en esa atmósfera de sobrenaturalidad sentí que   Él me indico que las llevara al joyero que compra oro  y las lleve, cuando llegué lo primero que le enseño al joyero es el brazalete y le pregunto ¿esto es  oro?  y me dijo si,  déjame ver lo otro, se lo mostré y me dijo no eso no es, luego le hizo la prueba al brazalete y salió positiva, lo pesó, tomo la calculadora saco su cuenta y luego me la mostró, la mire y no podía creer la cifra que leía eran 430.000,00Bsf. ¡Bendito sea Dios¡, le dije se lo vendo. El sr. Joyero me dijo: le voy a dar 110.000 en efectivo y lo demás se lo voy a TRANSFIRIR a su cuenta y así fue. Recordé lo que me había profetizado el Pastor, lo de la transferencia.



                           ¡DIOS QUE GRANDE Y VERDADERO ERES TE AGRADEZCO TANTO, NO SERÍA NADA SIN TI, TE AMO¡



               





                       Salí de allí, con la bolsa de dinero, casi llorando me monté al carro y aún no lo había encendido, cuando recibí en mi teléfono un mensaje de texto de mi hermana en Cristo y mi amiga de muchos años Nancy Atencio que vive en Maracaibo y que no se imaginaba lo que me estaba pasando, el texto decía:



“HOLA AMIGA DIOS TE AMA POR LO

 QUE ERES Y TE BENDICE POR LO

QUE ESTAS HACIENDO CON TU PAPÁ”



                        Ahí si arranque a llorar, era El Espíritus Santo dándome confirmación. Me fui a casa, llegue conté el testimonio a Maritza y mamá, lloramos y le dimos las gracias al Señor.



                        El domingo siguiente fui a la iglesia con los nuevos cauchos  y pude dar el testimonio a la congregación.





                       Mi hijo también sano rápidamente, no supimos que fue si neumonía o un virus pero lo que haya sido se fue en el nombre de Jesús para la gloria y honra del GRAN YO SOY.



                      Luego que se me acabó el dinero, hablando con el Señor le dije: Señor se me acabó el dinero y sentí que me respondió: NO IMPORTA, NO LE TOMES AMOR AL DINERO, YO TE DARÉ MÁS CUANDO LO NECESITES.



Gracias Señor por amarme tanto sin merecer nada.










BEATRIZ CAROLINA MOLERO NAVA

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