¡COMO SUPLE DIOS NUESTRAS NECESIDADES!
Lunes de milagros: de la aflicción a la bendición
La tarde del Domingo 5 de
Febrero de 2017, luego de mis quehaceres domésticos y de atender a mi papá de
sus quebrantos de salud, me dispuse asistir al servicio de la iglesia Maranata
en la cual me he venido congregando desde hace algún tiempo. Mi amigo Richard
García me había invitado el día anterior
(sábado) para su iglesia El Poder del Evangelio, le dije que si iba, pero al momento de salir de mi casa ese
domingo no estaba segura a cual de las dos iglesias asistir, me pregunte ¿para
cual voy?, de inmediato se me ocurre pedirle dirección al SEÑOR y me incliné y
le dije: Señor dirige tu mis pasos al
salir de mi casa y seas TU quien decida
a que iglesia voy. Tome el carro y salí, cuando iba en camino, aún
indecisa, sentí de nuevo el bandoleo del caucho izquierdo de la parte trasera
del vehículo, me preocupe nuevamente por ello y exclame ¡SEÑOR REGALAME UN
CAUCHO!; ya me aproximaba al sitio donde
se reúne la iglesia El Poder del Evangelio y me estacioné al frente, miré
desde el carro unos 3 minutos, aún dudosa, y me dije: no yo mejor me voy a mi
Iglesia Maranata, para entonces ya eran las 6: 45 mtos.y los servicios
comienzan a las 6:30 de la tarde, cuando llegué a Maranata ésta ya había cerrado los portones de entrada
y salida, entonces comprendí que era la señal, que el señor quería que fuera a la Iglesia que me había
invitado mi amigo Richard, me devolví y entre al servicio de la Iglesia El Poder del Evangelio,
dirigida por el Pastor Luis Piñero.
El servicio fue
maravilloso, impresionante para mi cuando al final de la predica el Pastor Luis
Piñero dice: “ aquí hay una persona que
le esta pidiendo al Señor UN CAUCHO, pase
adelante que voy a orarle por que el Señor le dará más de uno”; me levante y
otro hermano también lo hizo, pasamos adelante y ambos con las manos
extendidas, tal como lo indico el pastor, nos oró, mientras nos oraba manifestó que no sabía cómo pero iba haber una
transferencia de dinero para que pudiéramos comprar los cauchos que
necesitábamos, yo me lo creí, sentí en mi corazón que a pesar de no tener dinero para ese
entonces así sería.
Cuando llegué a mi casa esa noche me conseguí
a mi hijo menor de 13 años que ardía en fiebre, lo lleve al hospital, el médico le receto y le mando a practicar
unos exámenes de sangre y una placa de tórax por que sospechaba de una posible
neumonía.
Al día siguiente,
Lunes 6 de febrero, me levante temprano como siempre para ir a mi trabajo, decidí
llevar a mi hijo conmigo a Maracaibo (ciudad donde trabajo), para que lo vieran
por la emergencia de una de las clínicas del Seguro y así le practicaran los
exámenes que requería puesto que no
tenía dinero para realizárselos por mi cuenta; al
salir de mi casa esa mañana pase por un amigo para darle la cola y como me
quedaban dos puestos libres en el carro llegue al Terminal de pasajeros de los
Puertos de Altagracia en busca de los dos pasajeros (actividad que realizo a
diario a fin de buscar otra entrada económica),
pues no tenía más que mil bsf. en mi cartera y necesitaba una entradita
que aumentara el presupuesto de ese día.
Cuando íbamos en viaje uno de los cauchos
traseros empezó a sonar, me detuve, era el otro caucho, no el que bamboleaba, si no el del lado derecho, había
largado parte de la banda de rodamiento, no aguantó más el peso de los pasajeros.
¡Bendito sea Dios¡ exclame. Estacioné y nos bajamos, mi amigo logró cortar la
banda, para que no ocasionara más ruido, y seguimos el viaje con mucho cuidado.
Cuando retomamos el
viaje, mi amigo me dice: necesitas dos
cauchos, de inmediato al oírlo sentí un temor que me invadió de momento, pero
de pronto se me vino a la mente el salmo 34 :10 y le conteste a mi amigo: bueno
no tengo dinero para los cauchos pero La
palabra de Dios dice que los que buscan al SEÑOR no carecerán de ningún bien.
Realmente fue un lunes que empezó con angustia y preocupación pero
terminó con una gran bendición, ya les cuento por que:
En la clínica no me aceptaron al niño,
tenía que pagar una diferencia de 27.000 bsf. para que pudiera entrar por emergencia (como nueva política de
la clínica ante el seguro).
Un antibiótico que le había recetado al niño
el médico, la noche del domingo, no lo
pude comprar por que costaba 8000 bsf. y no los tenía, que yo recuerde nunca
había estado tan carente de dinero.
En el transcurso de la mañana el Pastor Luis
Piñero, me envió algunos mensajes de fortaleza y le conteste manifestándole mi
angustia por que tenía mi hijo enfermo,
me dio palabra para orarlo con 2Reyes 2:21 y que lo ungiera con sal y así lo hice al llegar a casa.
Pasé por el trabajo, deje la constancia
de reposo por cuidados maternos que me había dado el médico la noche
anterior y me regresé a los Puertos.
Ya en los Puertos de Altagracia, me fui
a la farmacia del hospital, al llegue y pregunté por el antibiótico, la
trabajadora de la farmacia me dijo que no lo había, pero algo dentro de mi me
dijo que me quedara, que si había, entonces me metí en la cola para
comprar, estaba de última cuando llegó
al mostrador de la farmacia otro trabajador y se disponía a dar información a
alguien que estaba esperando, decidí salirme de la cola y acercármele para preguntarle por el antibiótico y me dijo: ese no lo tengo
pero si hay otro que también te sirve y ese lo regalamos si tienes récipe del
hospital , para la gloría de Dios, busque el medio del hospital y me cambió la
prescripción del medicamento por el que
si estaba en existencia en la farmacia y me lo regalaron.
Una ves en casa, luego de haber
almorzado y de haber orado a mi hijo como me lo indico el Pastor Luis, los dos nos quedamos dormidos, al despertar
como a las 2: 45 p.m, me acerque a mi nana Maritza mi segunda madre y
confidente, mi paño de lagrimas como dicen, le platique mi preocupación por lo
de los cauchos del carro y la escasez de dinero que no teníamos ni para cenar esa tarde y que tampoco podía salir a buscar
pasajeros debido a las condiciones en que se encontraba el carro.
Mi mamá, una sra. de 83 años de edad, lleva
consigo puesto desde hace algún tiempo
un añillo de oro que en una oportunidad yo le obsequié, se me ocurre pedirle el anillo para venderlo,
explicándole, por supuesto, las razones de emergencia que me llevaron a la idea,
pero ella rotundamente me dijo que no
me podía dar la prenda por que eso era lo único de oro que ella tenía.
Tal negación creó en mi un desaliento y
tristeza a tal punto que me sentí deprimida y nerviosa. Entonces me fui al
cuarto, como a eso de las 3: 15 p.m., donde estaba aún mi hijo durmiendo, y al
pie de la cama me incline para orar al Señor y le dije : Señor que voy hacer,
ayúdame, que voy hacer, mira mi situación, sin cauchos buenos y sin dinero ni
para comprar alimentos, entonces sentí una voz desde mis pensamiento que me
dijo: VE A TUS ALAJAS, yo conteste: señor yo no tengo oro todo lo
vendí, pero El me volvió a decir : VE A TUS ALAJAS, me pare y obedecí, abrí la
gaveta donde tengo un cajita plástica
con mis prendas de fantasía y
revisé con un poco de nerviosismo, saque
un brazalete que papá me había obsequiado hacen algunos años pero cuando me lo
dio me dijo : “Eso no es oro, eso es fantasía, también saque una cadenita y un
botón de años de servicios laborales, envuelta en esa atmósfera de
sobrenaturalidad sentí que Él me indico que las llevara al joyero que compra
oro y las lleve, cuando llegué lo
primero que le enseño al joyero es el brazalete y le pregunto ¿esto es oro? y
me dijo si, déjame ver lo otro, se lo
mostré y me dijo no eso no es, luego le hizo la prueba al brazalete y salió
positiva, lo pesó, tomo la calculadora saco su cuenta y luego me la mostró, la
mire y no podía creer la cifra que leía eran 430.000,00Bsf. ¡Bendito sea Dios¡,
le dije se lo vendo. El sr. Joyero me dijo: le voy a dar 110.000 en efectivo y
lo demás se lo voy a TRANSFIRIR a su cuenta y así fue. Recordé lo que me había
profetizado el Pastor, lo de la transferencia.
¡DIOS
QUE GRANDE Y VERDADERO ERES TE AGRADEZCO TANTO, NO SERÍA NADA SIN TI, TE AMO¡
Salí de allí, con la
bolsa de dinero, casi llorando me monté al carro y aún no lo había encendido,
cuando recibí en mi teléfono un mensaje de texto de mi hermana en Cristo y mi
amiga de muchos años Nancy Atencio que vive en Maracaibo y que no se imaginaba
lo que me estaba pasando, el texto decía:
“HOLA AMIGA DIOS TE AMA
POR LO
QUE ERES Y TE BENDICE POR LO
QUE ESTAS HACIENDO CON
TU PAPÁ”
Ahí si arranque a llorar, era El Espíritus
Santo dándome confirmación. Me fui a casa, llegue conté el testimonio a Maritza
y mamá, lloramos y le dimos las gracias al Señor.
El domingo siguiente fui a la iglesia con los nuevos cauchos y pude dar el testimonio a la congregación.
Mi
hijo también sano rápidamente, no supimos que fue si neumonía o un virus pero
lo que haya sido se fue en el nombre de Jesús para la gloria y honra del GRAN
YO SOY.
Luego que se me acabó el dinero, hablando con
el Señor le dije: Señor se me acabó el dinero y sentí que me respondió: NO
IMPORTA, NO LE TOMES AMOR AL DINERO, YO TE DARÉ MÁS CUANDO LO NECESITES.
Gracias Señor por amarme tanto sin
merecer nada.
BEATRIZ CAROLINA MOLERO NAVA
Ese es el Dios grande y poderoso bendito se su nombre
ResponderBorrar